Un informe de Capgemini destaca como reto para el sector la captación y retención del mejor talento.

Casi la mitad de la capacidad de red de las empresas de telecomunicaciones (46%) estará totalmente integrada en la nube (cloud) en los próximos tres o cinco años. Para lograr esta transformación, se prevé que las empresas de telecomunicaciones inviertan una media de al menos 200 millones de dólares (más de 186 millones de euros al cambio actual) al año en su absoluta transformación a dicha tecnología cloud durante el mismo periodo. Además, se espera que los “pioneros en la adopción” obtengan mayores beneficios desde el punto de vista financiero, empresarial y de sostenibilidad.

Esta es una de las principales conclusiones de la nueva investigación realizada por el Instituto Capgemini bajo el título Redes en el Cloud: una ventaja evidente en el que hace un exhaustivo repaso a cuáles son los retos a los que se enfrenta el sector de telecomunicaciones a medio plazo. El estudio destaca que las prioridades de inversión en los próximos cinco años se centrarán en la infraestructura tecnológica, que representa un tercio de la inversión global en tecnología de la nube por parte de las empresas de telecomunicaciones; seguida de la investigación y el desarrollo (18%), que incluye la automatización de las redes mediante el apoyo de la inteligencia artificial (IA) y el aprendizaje automático.

“La transformación de la red tradicional hacia los modelos basados en la nube empezó hace 13 años y es imparable. Pues aunque los retos son importantes al igual que la inversión requerida, los beneficios justifican la transformación, sin duda alguna. Las nuevas tecnologías como el 5G autónomo necesitan de esta transformación para así poder ajustarse a la demanda de los usuarios de una manera automatizada y sencilla”, asegura a CincoDías Luis Manuel Díaz de Terán López, vicepresidente y director de la División de telecomunicaciones de Capgemini Engineering.

En este sentido, el análisis pone de manifiesto cómo los pioneros en la adopción del uso de las plataformas de telecomunicaciones basadas en la nube esperan recuperar casi la mitad (47%) de su inversión en este periodo. Así, los beneficios financieros de esta transformación tecnológica son un argumento empresarial convincente para que las empresas de telecomunicaciones inviertan: estas compañías esperan optimizar el coste total de propiedad de la red en un 13%, lo que se traduce en un ahorro de costes de entre 260 y 380 millones de dólares al año por operador, incide Capgemini. También esperan obtener entre 110 y 210 millones de dólares al año en ingresos adicionales por alcanzar el estatus de pioneros en la adopción en los mercados habilitados por las plataformas basadas en el cloud.

Nuevas oportunidades de negocio

En opinión de Díaz de Terán, la capacidad de escalado rápido que ofrece esta tecnología, unida a la disminución de la complejidad “son dos de las principales ventajas que hacen esta transformación necesaria e imparable. Además, gracias a las redes basadas en la nube, los operadores serán capaces de ofrecer servicios personalizados, así como hacer realidad en días servicios que antes necesitaban meses para llegar a los usuarios”.

Las empresas de telecomunicaciones que en los últimos tres o cinco años han iniciado su transformación cloud, destacan el notable aumento del “valor del ciclo de vida del cliente” y la mejora de la experiencia del usuario entre los principales motores empresariales. El valor del ciclo de vida del cliente puede aumentar como resultado de la venta cruzada y la venta adicional de más servicios de valor añadido a los clientes existentes, y el aumento de los beneficios de fidelización para mitigar el desgaste.

Según el estudio, se espera que esta transformación que han de abordar las empresas de telecomunicaciones también permita la rápida implementación de algunos casos de uso específicos de la industria para empresas y consumidores finales, especialmente en el contexto del 5G; por ejemplo, smart factories altamente automatizadas, redes 5G privadas en centros de distribución, puertos, campos petrolíferos, minas, almacenamiento de productos químicos y unidades de procesamiento, cirugías remotas, realidad aumentada/realidad virtual u operaciones, supervisión y formaciones remotas habilitadas para el metaverso.

“Los retos son muchos, de ahí que necesiten una gran inversión. Asimismo, el desacoplamiento entre la electrónica y el software hace más compleja la ingeniería e integración de sistemas necesaria para hacer que estas redes funcionen correctamente. Hay una multitud de nuevos proveedores que generan grandes retos de interoperabilidad e integración. También, es necesaria una transformación en los procesos y conocimientos de los ingenieros y técnicos del operador de telecomunicaciones. Estas nuevas redes se encuentran mucho más cerca del mundo de las tecnologías de la información que del mundo de las redes tradicionales”, subraya Díaz de Terán.

Precisamente, preguntado por las dificultades de encontrar en el mercado a los nuevos profesionales que requiere este proceso de transformación, el director de la División de telecomunicaciones de Capgemini Engineering asegura que “a nivel global es uno de los grandes retos. En España Capgemini vimos la ventana de oportunidad y creamos hace ya 10 años uno de los equipos de ingeniería más potentes del grupo que está ayudando en esta transformación a nuestros clientes en Europa”.

Redución de las emisiones de gases de efecto invernadero

Por último, el informe destaca que, además de los beneficios empresariales, las empresas de telecomunicaciones que han emprendido esta transformación esperan reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 5%, lo que representa un tercio de la reducción global de la huella de carbono de las redes prevista en los próximos tres o cinco años. Debido a su preferencia por la arquitectura del cloud privado, las empresas de telecomunicaciones esperan beneficios sostenibles en las emisiones de sus fuentes directas, debido a las menores emisiones de las instalaciones, incluida la reducción del hardware físico de la huella, la disminución del uso de la energía, el escalado automático de la red bajo demanda y la gestión del consumo de energía de las torres móviles mediante el uso de inteligencia artificial y el aprendizaje automático.

Fuente: cincodias.elpais.com

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