El Gobierno de China criticó la introducción por parte de Estados Unidos de una serie de controles a las exportaciones de semiconductores fabricados en ese país, que Washington teme que Beijing pueda utilizar para fabricar la próxima generación de armas y sistemas de inteligencia artificial (IA).
Las nuevas medidas, reveladas por la administración saliente de Biden, elevaron la temperatura política entre las dos principales economías del mundo ante la inminente investidura del presidente electo Donald Trump. El líder chino Xi Jinping ha hecho de la autosuficiencia un pilar importante de su estrategia económica para convertir a China en una superpotencia tecnológica.
El Ministerio de Comercio de Estados Unidos anunció este lunes restricciones a la venta de dos decenas de tipos de equipos para la fabricación de semiconductores y restricciones a numerosas empresas chinas para acceder a la tecnología estadounidense.
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El objetivo de los nuevos controles, dijeron funcionarios del Departamento de Comercio de Estados Unidos, era frenar el desarrollo de herramientas avanzadas de inteligencia artificial que puedan usarse en la guerra y socavar la industria local de semiconductores del país, que amenaza la seguridad nacional de Estados Unidos y sus aliados.
El Ministerio de Comercio de China condenó la medida, acusando a Estados Unidos de “abuso” de los controles de exportación y de representar “una amenaza significativa” a la estabilidad de las cadenas industriales y de suministro mundiales.
“Estados Unidos predica una cosa mientras practica otra, ampliando excesivamente el concepto de seguridad nacional, abusando de las medidas de control de las exportaciones y participando en acciones unilaterales de intimidación. China se opone firmemente a tales acciones”, dijo el ministerio en un comunicado este lunes.
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Un día después, prohibió rotundamente la venta a Estados Unidos de una serie de materiales cruciales para la producción de semiconductores y baterías de vehículos eléctricos. La exportación de galio, germanio, antimonio y otros materiales “superduros” no estará permitida porque pueden utilizarse con fines militares, según el ministerio.
China había restringido la venta de algunos de estos materiales el año pasado, a medida que se intensificaba la rivalidad tecnológica entre las dos partes. Sin embargo, anteriormente existía una opción para que las empresas solicitaran permisos especiales para exportar a Estados Unidos, una laguna que ahora parece estar cerrada.
La carrera por la ventaja en materia de tecnología militar ha marcado las relaciones entre Estados Unidos y China en un contexto de crecientes preocupaciones estadounidenses sobre una posible invasión china de Taiwán en los próximos años. El Partido Comunista chino, que reivindica la isla democrática autónoma como territorio propio a pesar de nunca haberla controlado, ha adoptado una postura cada vez más agresiva hacia Taiwán en los últimos años.
Los controles ‘más fuertes jamás vistos’
Altos funcionarios estadounidenses también acusaron a China de robar directamente software de inteligencia artificial fabricado en Estados Unidos, algo que Beijing niega.
“Son los controles más fuertes jamás promulgados por Estados Unidos para degradar la capacidad de la República Popular China de fabricar los chips más avanzados que están usando en su modernización militar”, dijo el domingo a los periodistas la secretaria de Comercio, Gina Raimondo, utilizando el acrónimo del nombre oficial del país, la República Popular China.
El anuncio de este lunes es la última ronda de restricciones a las exportaciones impuestas a Beijing por la administración Biden. En octubre pasado, el Departamento de Comercio redujo los tipos de semiconductores que las empresas estadounidenses pueden vender a China, citando el deseo de cerrar lagunas en las regulaciones anunciadas en 2022.
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En septiembre, el Departamento de Comercio de EE.UU. propuso por separado prohibir la venta o importación de vehículos inteligentes que utilicen tecnología china o rusa específica, alegando motivos de seguridad. La administración entrante de Trump también ha sido dura con China, incluso amenazando con aranceles.
Por su parte, China está intensificando su objetivo de dominar las tecnologías avanzadas del futuro. En mayo, Beijing anunció planes para crear su mayor fondo de inversión estatal en semiconductores, por un valor de US$ 47.500 millones.
Con inversiones de seis de los bancos estatales más grandes del país, incluidos ICBC y China Construction Bank, el fondo subraya el impulso de Xi para reforzar la posición de China como gigante tecnológico.