La computación cuántica avanza a pasos agigantados, y recientemente la compañía Xanadu ha dado a conocer Aurora, su nuevo sistema basado en tecnología fotónica. A diferencia de otras propuestas cuánticas que requieren temperaturas cercanas al cero absoluto, esta innovadora máquina opera a temperatura ambiente, lo que la convierte en una alternativa accesible y eficiente para el futuro de la com
El anuncio de este avance fue publicado en la prestigiosa revista Nature y destaca por su arquitectura modular, una característica clave que facilitará la escalabilidad de estos sistemas. Con esta tecnología, se abre un nuevo camino para la computación cuántica, con posibilidades de aplicación en diversas áreas, desde la investigación en materiales hasta la inteligencia artificial.
Un diseño basado en fotones
En lugar de utilizar qubits superconductores como otros desarrollos cuánticos, Aurora emplea fotones, es decir, partículas de luz, para codificar y procesar información. Su diseño se basa en 35 chips fotónicos interconectados mediante una red de fibra óptica que abarca 13 kilómetros, distribuidos en cuatro bastidores de servidores.
Una de las grandes ventajas de este enfoque es que no necesita costosos sistemas de enfriamiento, lo que simplifica su implementación y reduce los costes operativos. Además, los fotones presentan menor susceptibilidad a interferencias externas, lo que prolonga la estabilidad de los cálculos cuánticos.
Escalabilidad y futuro de la computación cuántica
El principal reto de la computación cuántica es aumentar el número de qubits operativos sin perder confiabilidad en los cálculos. Actualmente, Aurora cuenta con 12 qubits, una cifra más baja que la de otras computadoras cuánticas. Sin embargo, su diseño modular permite la expansión progresiva, lo que podría llevar a la creación de sistemas con millones de qubits en el futuro.
Según Christian Weedbrook, CEO de Xanadu, alcanzar esta cantidad de qubits en un solo chip no es viable, por lo que la única opción es un enfoque basado en módulos interconectados. Este modelo permitiría construir sistemas cuánticos más potentes sin las limitaciones de los enfoques tradicionales.
Otras empresas como IBM y Google han apostado por la superconductividad en sus computadoras cuánticas, pero la tecnología fotónica de Xanadu presenta una ventaja significativa: compatibilidad con redes de fibra óptica existentes. Esto facilitaría su integración con infraestructuras actuales sin necesidad de grandes cambios.
Desafíos y planes a largo plazo
A pesar de sus ventajas, Aurora aún enfrenta obstáculos. La pérdida de fotones debido a su absorción o dispersión en los componentes ópticos sigue siendo un problema, ya que estos errores pueden afectar la precisión de los cálculos.
Xanadu ya trabaja en soluciones para mejorar la eficiencia de los componentes ópticos y reducir las pérdidas de fotones. Se espera que en los próximos dos años se logren avances sustanciales en este aspecto.
Además, la empresa ha planteado un ambicioso proyecto orientado a la creación de un centro de datos cuánticos para 2029. Este objetivo busca establecer una infraestructura avanzada que permita aprovechar al máximo el potencial de la computación cuántica basada en fotones.
El desarrollo de Aurora marca un hito en la computación cuántica y sugiere que la era de los procesadores cuánticos comerciales está más cerca de lo que se pensaba. Gracias a su arquitectura modular y a la utilización de tecnología fotónica, este sistema podría allanar el camino hacia una nueva generación de computación cuántica escalable y accesible.
Fuente:https:msn.com