Los modos de fotografías submarina llegan a Android. Pero son muy, muy limitados
El primer registro fotográfico bajo el agua data de 1856, año en el que el aventurero británico William Thompson, con una cámara dentro de una caja impermeable, logró la primera foto acuática.
No obstante, Louis Boutan es el nombre del buzo que abrió la puerta a la fotografía submarina. Es reconocido por el primero en captar fotografías científicamente útiles a finales del siglo XIX.
Cómo lograron la primera foto submarina. Boutan tenía dos enormes retos por delante: la presión y la luz. Aunque Thompson se le había adelantado, su experimento función a medias. La caja del británico tan solo logró descender cinco metros, y la fotografía que tomó era de muy baja calidad, sin validez ninguna para fines científicos.
Boutan, junto a su hermano, creó una cámara en una caja de hierro impermeable. El obturador se accionaba mediante una palanca, y mediante un globo interno podía equilibrarse la presión interna con la externa.
La cámara se colocó en un trípode en pleno fondo marino, y requería que el propio buzo estuviese sumergido para accionarla. Una vez solucionado el problema de la presión mediante la caja y sujeción en trípode, quedaba controlar la luz.
Para ello, se desarrolló una suerte de flash acuático: una botella de vidrio con oxígeno y cable de magnesio capaz de encenderse durante media hora gracias a unas baterías.
Fotografía tomada con el Realme GT7 Pro.
Cómo lo están logrando los fabricantes actuales. Sin duda, ha llovido desde el siglo y medio que ha pasado desde que se logró la primera fotografía submarina. Este es uno de los nuevos retos para los fabricantes de teléfonos. Y, curiosamente, tiene bastantes limitaciones respecto al invento de Boutan.
Realme y OPPO han sido los primeros fabricantes en incorporar un modo de fotografía «submarina». En el caso de OPPO con su Reno 13, la profundidad a la que podemos sumergir el teléfono es de hasta 1,5 metros. En el caso de Realme con su GT7 Pro, nos hablan de dos metros.
La clave es que el nuevo protocolo IP69 permite que los teléfonos soporten chorros de presión, un importante avance respecto a IP68. Pese a ello, no recomiendan usar los teléfonos bajo el agua durante más de 30 minutos, ni cubren mediante garantía ningún tipo de daño derivado de este uso.