Esto es dar cuchillos a los desinformadores»: la amenaza detrás de la nueva IA que te hará dudar de todo lo que ves

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a empresa de ChatGPT crea una inteligencia artificial que genera películas hiperrealistas en segundos

La nueva tecnología eleva el riesgo de desinformación y fraudes

Imagínese que, simplemente, tecleando una breve descripción de una o dos frases en una caja rectangular alojada en la pantalla de su ordenador, es capaz de crear, en cuestión de segundos, un vídeo de un minuto en el que aparecen un par de mamuts lanudos corriendo a toda velocidad hacia usted por un prado nevado. O que tira de ingenio y surrealismo y le pide a la máquina que, en su lugar, cree una grabación de un astronauta, con un curioso gorro de lana rojo, que anda explorando un planeta deshabitado. Y, así, hasta el infinito. La imaginación es el límite. Y dentro de muy poco, si lo quiere, lo va a poder comprobar en el salón de casa. Usted y cualquiera con un dispositivo con conexión a internet; porque OpenAI, la empresa detrás de ese robot capaz de responder cualquier pregunta que tenga el usuario llamada ChatGPT, ya cuenta con una herramienta de inteligencia artificial (IA) generativa que lo permite. Su nombre es Sora (‘cielo’, en japonés), y en la red no hay una sola herramienta que haga lo mismo tan bien.

OpenAI anunció la plataforma este jueves. Según compartió en una publicación en su blog corporativo, el ingenio es capaz de crear vídeos hiperrealistas de hasta un minuto a partir, únicamente, de texto. Sam Altman, su director ejecutivo, incluso dedicó unas horas a compartir en redes sociales algunas imágenes de prueba realizadas a petición de los internautas que, por el momento, es lo único que van a poder ver de la plataforma, porque no hay fecha fijada para su lanzamiento al gran público. Aunque, atendiendo a la velocidad de crucero que ha tomado el desarrollo de la inteligencia artificial, y a la enorme competencia que hay actualmente entre las distintas tecnológicas, no debería demorarse más que unos pocos meses.NOTICIAS RELACIONADAS

Expertos consultados por ABC ya han expresado cierta preocupación por la llegada de ese momento. Destacan que Sora representa «un gran avance» o, incluso, «un cambio de paradigma», ya que se trata de una herramienta que, atendiendo a lo mostrado por la empresa detrás de ChatGPT, hoy por hoy no cuenta con rival en la red. No hay una sola solución capaz de ofrecer resultados similares, con el mismo realismo. Y tampoco con un potencial mínimamente cercano para ser empleada con malos fines; especialmente para la creación de desinformación y estafas a gran escala.

«Es preocupante»

«Lanzar esto es como poner cuchillos poderosísimos en manos de todos los desinformadores para que puedan hacer con ello lo que quieran. Es preocupante», explica Ulises Cortés, investigador y catedrático de Inteligencia Artificial en la Universidad Politécnica de Cataluña.

¡Precio especial para Latinoamérica! Informar, analizar y opinar con libertad de criterio cobra un valor añadido de denuncia en defensa y protección de valores esenciales de nuestra convivencia.

De acuerdo con el experto, con la llegada de Sora, que actualmente solo está al alcance de un reducido grupo de expertos que están analizando los posibles malos usos que se le puedan dar, «la verdad tiene cada vez menos futuro»; porque, con el paso del tiempo, y el avance de la tecnología, diferenciar lo que es real de lo que no va a ser cada vez más, y más, complicado. Especialmente para los que tengan unos «conocimientos más limitados sobre inteligencia artificial», como es el caso «de los niños y los ancianos».

«Lanzar esto es como poner cuchillos poderosísimos en manos de todos los desinformadores para que puedan hacer con ello lo que quieran. Es preocupante»

OpenAI lo sabe bien, y por eso ha prometido que, desde el momento del lanzamiento, todos los vídeos creados con Sora van a estar marcados como tal, para que el usuario pueda reconocerlos y no caer en error. Pero no está nada claro que estas marcas vayan a permitir marcar grandes diferencias en la lucha contra la desinformación.

Sergio Álvarez-Teleña, cofundador de la empresa de IA SciTheWorld y miembro de la Asociación Global de Inteligencia Artificial, organismo dependiente de la OCDE y el G7, ve problemas en el plan de la empresa: «Una marca de agua que diferencie una creación realizada con IA de otra hecha por un humano al final se puede borrar. Según las generas, te puedo hacer yo otro programa que, de forma automática, te la quita y ya está».

De acuerdo con Álvarez-Teleña, harán falta otros «mecanismos y protocolos» para que sea posible diferenciar lo que es real de lo que no. Para ello, pone como ejemplo lo que ocurre actualmente con las imágenes falsas que andan campando por la red.

«Al final con los vídeos lo que hay que buscar es la trazabilidad. Yo, por ejemplo, si veo una noticia en ABC me la creo, pero si me encuentro con una imagen en Twitter que no sé de donde sale, pues no. La gente va a tener que ir acostumbrándose a esto», remarca el experto. Y, además, la sociedad va a tener que hacerlo rápido, porque, de seguro, Sora no va a ser la única herramienta de estas características que va a andar campando por la red de aquí a unos meses. Facebook ya mostró a finales de 2022 una herramienta capaz de generar vídeo, aunque los resultados eran bastante más pobres de lo que ahora ha enseñado OpenAI. Y la siguiente podría ser Google, que durante los últimos meses no ha dejado de evolucionar su tecnología de inteligencia artificial generativa.

«Si OpenAI ha decidido sacar esto de la cocina, no me cabe de que lo han hecho porque saben que otras empresas están trabajando en lo mismo y han querido adelantarse», señala a este respecto Cortés. Aunque reconoce que, sobre el papel, Sora representa «un avance importante», el catedrático matiza apuntando que es complicado hacerse una idea clara sobre las capacidades reales hasta que OpenAI realice el lanzamiento en masa. «Realmente lo que han mostrado recuerda más a un proceso de animación convencional (como el que se puede utilizar en el cine)», dice Cortés. Pero no le cabe duda de que la tecnología seguirá evolucionando, porque, en este campo, el límite parece ser el cielo. Y el cielo es Sora.

Fuente: abc.es

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