• El ajuste laboral anunciado por Alphabet afecta al 6% de la plantilla.
  • El sector tecnológico empieza este año con una media de casi 2.500 despidos diarios.
  • La amortización de los despidos obliga a reducir en las áreas de selección de personal.

Alphabet (empresa propietaria de Google) prevé realizar 12.000 despidos en los próximos meses, lo que representa el 6% de su fuerza laboral. Con este movimiento, desvelado ayer por el diario New York Times, el gigante de Mountain View engrosa un listado de recortes laborales en el sector tecnológico, donde también participan Amazon (18.000 despidos), Microsoft (10.000), Meta (11.000), Salesforce (9.000), Cisco (4.100) y Twitter (3.700), entre otras compañías. Con el ajuste de Alphabet, las empresas tecnológicas han anunciado cerca de 50.000 despidos en lo que va de año en todo el mundo, lo que arroja una media de 2.500 puestos eliminados cada día.

Nunca en la historia del sector se había producido semejante sangría laboral, con unos tijeretazos en las plantillas que se suman a los ajustes realizados en un millar de empresas tecnológicas durante 2022, con casi 155.000 puestos afectados. Lejos de contenerse, la tendencia parece acentuarse con el paso de los días. Ante esa situación, los expertos y analistas consultados por elEconomistas.es coinciden en los posibles motivos de una crisis laboral marcada por componentes cíclicos, tras un periodo dilatado de crecimiento constante en las contrataciones. Además, parece claro que las regulaciones no afectan a todas las áreas por igual al concentrarse especialmente en las áreas administrativas de las grandes multinacionales, donde abunda el solapamiento de funciones entre decenas de filiales. «Los departamentos de contratación de personal, por ejemplo, se han reducido de forma extraordinaria ya que no es momento de fichar, sino de aligerar las plantilla», indican fuentes de una de las grandes tecnológicas, que prefiere no identificarse.

En cualquier caso, el talento tecnológico sigue siendo un valor de altísima cotización, por lo que los ajustes no afectan a este tipo de perfiles. Tampoco a los responsables de nuevos desarrollos o aplicaciones relacionadas con la inteligencia artificial, la ciberseguridad, la analítica de datos o los servicios en la nube, entre otros grandes temas.

Francisco Hortiguela, director general de Ametic, asegura a este periódico que las grandes compañías del sector comparten una fase de reajuste de sus plantillas tras muchos años de crecimiento continuo. No obstante, el directivo de la patronal tecnológica española considera que el sector sigue demandando talento. A pesar de los recortes laborales, el sector proyecta buenos resultados a nivel global, con crecimientos medios anuales de los ingresos de dos dígitos, debido a las necesidades de digitalización de todos los sectores.

Silvia Leal, experta internacional en tecnología y Senior Advisor de Evercom, ha señalado a elEconomista que «a los gigantes tecnológicos les fue muy bien durante y después de la pandemia, pero ahora, con la llegada de la normalidad, las necesidades no son las mismas, y han de adaptarse a ello. La falta de semiconductores, el incremento de los costes de las materias primas o la pequeña recesión que estamos viviendo en términos del tiempo que pasamos y consumimos en el entorno digital, han provocado que la demanda y las expectativas de los inversores agraven la situación de los profesionales». Estos despidos que estamos viendo ahora, -añade- «son fruto de estas circunstancias. Es decir, ya se anticiparon en 2022, y creo que entonces ya hubo indicadores sobre que esto podría ser una posibilidad muy real. Sin embargo, creo que es un tema que genera muchas dudas porque a pesar de los despidos, las tecnológicas están necesitadas de nuevos talentos, nuevas ideas y nuevos perfiles que sin duda serán cruciales en este 2023 y en el futuro del sector. En España, sin ir más lejos, hay tecnológicas que han anunciado crecimientos en plantilla y una hoja de ruta para 2023 muy focalizada en la empleabilidad y la capacitación «.

David Alonso, country manager de Sastrify en España, mantiene que «durante la pandemia, se aceleró la inversión en tecnología y ahora, con la distancia y empujadas por un contexto incierto, muchas organizaciones se han dado cuenta que por ejemplo no todos los empleados necesitan las mismas licencias para sus herramientas de videoconferencia o los mismos accesos a sus CRM. Se trata de un momento natural de racionalización del gasto».

Precisamente, creo que optimizar el gasto en software, que en muchos casos -sobre todo, en empresas nativas digitales- es un gasto incluso mayor que las nóminas, puede ayudar a evitar o mitigar ajustes de personal. Por ejemplo, una empresa que gasta 10 millones de euros, podría ahorrar el equivalente a 80 puestos de trabajo de programadores. Las empresas se centrarán mucho más en 2023 en realizar inversiones verdaderamente inteligentes. La digitalización por sí misma ya no aporta un valor diferencial. Ahora es el momento idóneo de racionalizar estas inversiones para poder obtener el mejor retorno en el medio y largo plazo».

Alberto Moreno, CIO de Syntonize recuerda que a inicios de 2020, cuando estalló la pandemia y se realizó el confinamiento, se instauró (de manera forzada) el teletrabajo. El cierre de supermercados, tiendas y el trabajo remoto provocó una aceleración digital en todo el mundo que hizo que se necesitara, de manera masiva, mano de obra para poder acometer estos cambios que provocó el cambio en la forma de relacionarnos. Todas las empresas comenzaron una carrera para acelerar ese cambio digital lo que fomentó una contratación de personal para poder afrontar dicha digitalización de la manera más rápida posible. «El teletrabajo ha llegado para quedarse» es una de las frases más escuchadas en ese tiempo. Pero eso no incluye que el comercio digital y las comunicaciones sigan siendo tan necesarias tras un proceso de adaptación al Covid y una vuelta a la normalidad más «normal» de lo que se esperaba. Y cuando parecía que todo evolucionaba y dejábamos atrás los efectos de la pandemia llega la crisis de Ucrania que provoca un problema económico importante en Europa que hace que la inflación se dispare y que afecte también a los EE.UU. Todas estas situaciones agravaron el problema original de las grandes tecnológicas: la contratación masiva realizada a raíz del Covid. La aceleración digital no ha sido tan pronunciada como se esperaba y las grandes tecnológicas deben ajustar su plantilla. Así lo han publicado tanto Mark Zuckerberg de Facebook o Patrick Collison de Stripe. Además, obviamente, la situación económica actual debida a la mencionada crisis de Ucrania hace temer una recesión mundial que no se sabe cuándo y cómo sucederá. Y si realmente sucederá. Es una situación más o menos normal ya que se puede entender como una situación de estacionalidad que ahora hay que regular. La amenaza de la recesión sigue ahí y es algo que no podemos cambiar».

Teresa Acha-Orbea, directora general de SPC, expresa su tristeza «por la avalancha de despidos que se están dando en las grandes compañías del sector tecnológico», pero ofrece algunas recetas que lleva aplicando la tecnológica SPC desde hace 30 años en España, con un crecimiento sostenido y controlado en el tiempo gracias a que somos una compañía con una estructura de personal contenida. Contar con una plantilla ajustada a nuestras necesidades, sin sobredimensionarla, nos ha dado la posibilidad de adaptarnos de manera más natural y orgánica a los grandes cambios que ha vivido la industria de la tecnología de forma muy ágil y sin vernos afectados por ellos. Nuestro modelo de trabajo, flexible y con capacidad rápida de reacción, nos permite actuar con agilidad a todas las necesidades que vayan surgiendo, tanto en el ámbito del consumo, como en el tecnológico, por la propia evolución de la industria».

Fuente: eleconomista.es

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