• Se requiere de una colaboración e inversión mancomunada de todos los actores
  • Un tercio de la población mundial tiene menor acceso a la medicina personalizada

La llegada de la tecnología al campo de la salud ha supuesto un cambio de paradigma en la forma de ver y tratar las enfermedades. Los avances tecnológicos contribuyen a la mejora de la salud de las personas al permitir el desarrollo de mejores fármacos y dianas moleculares, a la vez que posibilitan llevar las terapias mucho antes de lo previsto al mercado. Uno de los grandes triunfos de la tecnología sobre el sector salud es la consolidación de la medicina personalizada. Se trata de un tipo de medicina que se apalanca en la tecnología para detectar antes las enfermedades, a la vez que permite diagnosticar de forma precisa y exhaustiva a los pacientes.

Esta es una de las cuestiones que se ha puesto sobre la mesa en el Observatorio ‘La tecnología al servicio de la salud: retos y objetivos’, organizado por elEconomista.es y Globant. «La tecnología hoy cumple un rol fundamental como habilitador de prevención, diagnóstico temprano, mejor uso de los recursos e impacto clínico en los pacientes. Debemos profundizar la colaboración e inversión en tecnología entre todos los actores del ecosistema de salud público-privado, impactando las variables clínicas y financieras de corto y largo plazo», afirma Agustín Lamas, Managing Director de Healthcare & Life-Sciences de Globant. Al hilo de la medicina personalizada, Lamas ha confirmado que un tercio de la población tiene menor acceso a ella por factores de reembolso, a la vez que ha mencionado que esta tiene que ‘supercustomizar’ al paciente».

«La medicina personalizada garantiza la sostenibilidad de los recursos. En el caso del cáncer de pulmón, el 70% de los casos se detectan en estadios avanzados, donde la enfermedad ya no es curable. Si conseguimos detectarla en fases iniciales, esa supervivencia a cinco años se multiplica por diez. En la diabetes hay una condición en la enfermedad derivada de la diabetes que es el edema diabético, primera causa de ceguera. Si somos capaces de detectarlo de manera precoz, vamos a evitar la ceguera en un 98% de los casos», recalca Teresa Ramos, responsable de Medicina Personalizada de Roche Farma España.

Los expertos avalan la importancia de la tecnología para prevenir la aparición de enfermedades. «La prevención impacta en términos de salud a medio y largo plazo. Si desarrollamos tecnológicamente un buen sistema para detectar cáncer de pulmón en estadios precoces, los resultados los tendremos dentro de diez años. Si las tecnologías se emplean para el beneficio de la población global, hay que traerlas mucho más precozmente. Para saber si algo se está haciendo bien, hay que evaluar resultados y hacer hincapié en aquellas tecnologías que no están dando los resultados que esperábamos», afirma César Rodríguez, vicepresidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). José Luis Ruiz Revuelta, CIO de Sanitas y BUPA en Europa y Latinamérica, afirma que «la medicina tiene que ser más personalizada y hay que fomentar el acceso para que la persona se sienta más atendida», a la vez que incide en la importancia de compartir datos para que se puedan encontrar patrones. «El compartir y el trascender lo que tenemos que hacer nos abre posibilidades», asegura.

«La tecnología nos ha hecho avanzar mucho en los últimos 30 años, pero estamos ante un cambio de modelo que tiene que sostener todos los cambios tecnológicos que se están produciendo. Estamos incorporando tecnología y procesos a un sistema sanitario que necesita previsión porque tener un proceso digital malo es casi peor que tener un mal proceso a secas. La tecnología nos ha permitido encontrar mejores dianas moleculares, desarrollar mejores fármacos y ponerlos mucho antes en el mercado porque tienen validación genómica. A nosotros no se nos ocurre desarrollar fármacos en determinadas áreas sin ese tipo validación», sostiene Sara Pedraz, Innovation Lead de GSK España.

Agustín Lamas también ha mencionado que se explota muy poca información en el ámbito de la salud a nivel mundial. «El mayor jugo que podemos sacar de la tecnología es el manejo de datos. El área de salud genera el 30% de la información mundial, pero solo se explota un 1% de ella. Hay un dato a remarcar y es que en pleno 2023 se tarde diez años en desarrollar un medicamento y que luego el promedio de adherencia regional de un medicamento crónico sea de tres meses. Esto puede estar basado en que el paciente no esté bien informado o que el proveedor de salud no de soporte y seguimiento, lo cual genera finalmente costos indirectos», confirma.

La integración de la tecnología en todos los ámbitos de la sociedad ha extendido la creencia de que esta deshumaniza el proceso. En este sentido, los expertos han recordado que esto no ocurre, pero que tampoco hay que cruzar ciertos límites, como podría ser avisar a un paciente de una mala noticia por vía telefónica. «Hemos aprendido durante la pandemia que se puede hacer telemedicina, pero no podemos dar malas noticias por vía telefónica. Las tecnologías hay que adaptarlas al perfil y características de cada paciente», señala César Rodríguez. El perfil del paciente es muy variable y cada vez es más habitual que este quiera formar parte activa del proceso. De esta forma, hay pacientes con un nivel de formación más alto que otros, que incluso llegan a interesarse por las tecnologías que el profesional sanitario está utilizando para obtener su información médica.

«El acompañar al cliente y facilitarle el acceso es algo que hemos sufrido mucho durante la pandemia. Pero antes del Covid-19, las teleconsultas no eran tan normales. A lo mejor, para una primera visita de diagnóstico tiene que haber contacto humano, pero la tecnología puede darnos muchas cosas», señala José Luis Ruiz Revuelta. De la misma forma, recuerda que el propósito de la salud no es solo el de curar enfermedades, sino que también tiene que velar por fomentar hábitos saludables. Un ejemplo son los relojes inteligentes, que permiten ver cuáles son los hábitos de vida e incluso la presión arterial de una persona. Una vez que el paciente esté bien identificado y tratado, sí que se podría recurrir a la atención domiciliaria y a la conexión por vía telefónica para acercarlo lo máximo posible al sistema sanitario.

El concepto de farmacoeconomía también ha salido a relucir en el observatorio. Esta herramienta se define como la evaluación económica de los fármacos y tiene el objetivo de velar por procesos más eficientes dentro del sistema sanitario. De esta forma, prioriza en aquellas opciones terapéuticas que tienen un impacto más positivo para el sistema. La justificación de este enfoque se deriva del criterio de compensación potencial, que significa que, si los efectos positivos son en términos absolutos mayores que los negativos, ello significa que la ganancia de los que ganan es mayor que la pérdida de los que pierden y, por tanto, los primeros pueden compensar a los segundos. Dicho concepto permite que los profesionales sanitarios reflexionen y tomen conciencia de las consecuencias clínicas y económicas de sus decisiones y para que actúen con una libertad responsable, pero sin llegar a perder su capacidad de decisión. «La farmacoeconomía, modelos de riesgo compartido o basados en indicadores de resultados, son hoy herramientas basadas en datos fundamentales que permiten al sistema de salud incrementar y acelerar el acceso de terapias innovadoras en toda la población, haciendo mejor uso de los recursos finitos del ecosistema público-privado. Esto nos trae nuevamente a la necesidad de inversión en la explotación de datos y plataformascomo habilitadores. El impacto clínico y presupuestario, aún en el corto plazo, puede ser transformación para el ecosistema», recalca Lamas. Para recalcar la importancia de este concepto ha puesto varios ejemplos en donde se observa que la tecnología puede acelerar los procesos.

El papel de la IA

La Inteligencia Artificial (IA) permite detectar de forma temprana enfermedades en pacientes asintomáticos. A su vez, puede transformar el proceso de descubrimiento y desarrollo de nuevos fármacos. Esta herramienta ya ha permitido desarrollar vacunas o reposicionar medicamentos ya existentes en plazos más cortos de tiempo. Los expertos creen que con algoritmos de IA sencillos se podría priorizar la lista de espera para ver qué pacientes se podrían operar antes y cuáles acuden a consulta el día que se les asigna una cita médica.

«La IA nos ayuda de forma inmediata a priorizar y destinar los recursos hacia donde más falta hacen y donde más impacto vamos a tener a corto plazo. Las herramientas de IA aplicadas en imagen radiológica ayudan a estratificar y ser mucho más finos», señala Teresa Ramos. La incorporación de la IA está contribuyendo a una mejora en la calidad de vida de los pacientes. Por esta razón, el sector invirtió en torno a 8.000 millones de euros más en la consolidación de esta herramienta. En el 2021, el 30% de los fármacos que aprobó la FDA eran tecnológicos. En términos de ventajas, está consiguiendo una revolución en todos los ámbitos gracias al incremento de la eficiencia y de los ingresos, así como en la reducción de costes y riesgos. «La IA permite mejorar el reclutamiento en ensayos. La tecnología está empujando ese cambio de modelo, pero hay que repensar en cómo generamos valor. La tecnología es un facilitador, pero hay que encontrarle el rol», sostiene Sara Pedraz. En la era de la digitalización y el big data, uno de los principales retos es afrontar el choque existente entre la colaboración y la compartición de datos y la privacidad. Esto puede suponer un gran freno que derive en un conflicto entre el bien común y la privacidad de cada individuo.

Otra de las aplicaciones de la IA en el campo de la salud es lo que se conoce como ‘digital twins’ (gemelos digitales). Un gemelo digital es una réplica digital exacta de un proceso, producto o sistema físico. Se trata de una representación exacta (en el mundo digital) de lo que está pasando en el ciclo de vida en nuestro sistema físico y, por tanto, permite simular variaciones en parámetros de entrada, errores de funcionamiento, etc. Es decir, permite simular el comportamiento frente a cambios o fallos, que en el «mundo real» sería muy costoso o difícil de simula. Esta es una de las mayores ventajas, entre otras, como disponer de datos sobre el rendimiento en tiempo real o prevenir situaciones de riesgo gracias a los modelos predictivos.

A medida que vaya consolidándose será necesario educar a los actores implicados para que acepten la dinámica y mostrar los beneficios de la práctica. Para ello, será preciso configurar una información que se ajuste al paciente, a lo que pueda consumir y a su propio lenguaje para que este sea parte activa del proceso. A día de hoy, a pesar de su gran potencial todavía hay mucho escepticismo en torno a ello, sobre todo por los procesos de anonimización de datos.

«Hay mucho escepticismo por la parte de anonimización de los datos, pero el potencial de los ‘digital twins’ es enorme. Lo positivo es que hoy realmente existen las tecnologías para anonimizar y proteger los datos», afirma Lamas. Finalmente, el Global Managing Director de Healthcare & Life-Sciences de Globant ha recaldado en la importancia de educar a la población para que entiendan su potencial.

Fuente eleconomista.es

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here