• El número de ocupados crece en 278.000 personas, pero el paro sube al 12,87%.
  • Las alertas se encienden con la destrucción de puestos de trabajo de alto valor añadido.

El brío que fue mostrando la evolución del mercado laboral durante buena parte del pasado 2022, tras la puesta en marcha de la reforma laboral, presentó síntomas de agotamiento en los tres últimos meses del ejercicio.

De esta manera, la inflación, que en los meses del verano pasado registró máximos en varias décadas con niveles superiores al 10%, ha torcido el brazo a la fortaleza del mercado laboral español.

En el conjunto del año, el balance es positivo, si bien la trayectoria ha ido de más a menos. España generó 278.900 empleos en 2022, según la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Sin embargo, entre septiembre y diciembre se destruyeron 87.900 empleos, frente a la creación de 153.900 en el mismo periodo de 2021 y el avance de 77.000 entre junio y septiembre.

Hay que remontarse, de hecho, a 2013, cuando España aún peleaba por salir de la crisis financiera, para encontrar un cierre de año tan negativo para el empleo. La inflación ya hizo mella en las cifras del tercer trimestre (tanto en términos de PIB como de empleo) y los temores se han confirmado en el cuarto. Así, el ritmo de creación de empleo ha agudizado la ralentización que empezó a mediados de año, coincidiendo con el pico de inflación. Ha pasado del 4,05% (en 12 meses) del segundo trimestre al 2,57% en el tercero y un 1,38% en el cuarto.

La tasa de paro queda, así, en el 12,87% frente al 12,67% del trimestre anterior y el 13,33% con el que terminó 2021, y el número de parados vuelve a quedar por encima de los tres millones, en concreto en 3,024 millones de personas. En 12 meses, con todo, el balance vuelve a ser positivo, con una reducción anual de 79.900 personas. La diferencia entre la bajada del paro y el alza del empleo obedece a que en 2022, un total de 199.000 personas se incorporaron al mercado laboral. La tasa de actividad está en el 58,52% a cierre de año, ligeramente por debajo del 58,65% al cierre de 2021.

Debido a la elevada factura que supone la inflación para los hogares, el mal dato ha estado asociado a partidas íntimamente ligadas al consumo y lógicamente ello ha tenido repercusión en los empleos de sectores ligados a este consumo.

Así, se han destruido 277.000 empleos en hostelería, restaurantes y servicios de alojamiento, que pese al alivio que supuso el levantamiento pleno de las restricciones a las que se vio sometido el sector durante la pandemia, se ha delatado insuficiente para consolidar la recuperación de este sector, cuyo dato es prácticamente igual al del cuarto trimestre de 2021 (periodo comparable dada la estacionalidad de muchas actividades). Y en el comercio, ligado a la campaña navideña, el balance mejora al de finales de 2021.

La campaña agrícola, de hecho, ha castigado más el empleo, al crear 120.000 empleos menos que el ejercicio pasado. Detrás de esta tendencia se encuentran los efectos nocivos que la sequía ha ejercido durante buena parte del año sobre la producción del sector, al tiempo que los efectos derivados del encarecimiento de la energía y los carburantes ha reducido la rentabilidad de estas actividades, cuya principal consecuencia ha sido una menor contratación.Sin este impacto, el empleo habría subido.

Las señales que da el mercado laboral tampoco son positivas. Las empresas están recortando empleo en puestos de alto valor añadido, lo que sugiere un parón inversor. La industria pasa de crear 41.600 empleos el año pasado a perder 3.600, la construcción pierde 21.600 puestos de trabajo.

Se destruye empleo en categorías de valor añadido como comunicaciones, informática y farmacia, y en actividades profesionales España pasa de crear 36.900 empleos en 2021 a destruir 32.100. Derecho, consultoría, investigación también arrojan saldos negativos. En todo caso, hoy el INE tendrá que confirmar estas tendencias en consumo e inversión. Por otro lado, el empleo crece en 20.000 personas en el sector público, pero baja en 101.900 en el privado.

Los datos del trimestre arrojan también una clara distribución por grupos poblacionales: crece el empleo entre las mujeres y los extranjeros (55.000 ocupados más en cada caso) y baja en hombres y españoles (pérdida de 137.000 en ambas categorías). Por edad, la destrucción de empleo se ha concentrado totalmente en los más jóvenes: en las personas de más de 24 años el empleo crece. En paralelo, la reforma de la normativa laboral sigue mejorando la estabilidad en el trabajo, que ha sido su mayor aportación. En el último trimestre, el empleo a tiempo completo crece en 366.100 personas, bajando en 397.800 los temporales.

La tasa de temporalidad baja al 17,93%. El balance en el año es aún más llamativo, con 1,6 millones de contratos fijos más que a cierre de 2021 y un descenso de 1,19 millones en los contratos temporales. La campaña navideña se ha dejado notar en el trimestre, con el aumento del empleo a tiempo parcial (241.500 personas más) a costa del tiempo completo (159.600 menos). En el balance del año, no obstante, ha crecido el empleo a jornada completa (235.200 personas más, con descenso de 43.700 en los temporales).

Más hogares en paro

Otro de los datos que ofrece la Encuesta de Población Activa (EPA) y que ejerce un valor de barómetro tanto de la evolución de la economía como del mercado de trabajo, es el de la evolución y situación de los hogares españoles y la situación en la que se encuentran sus integrantes.

El dato pone de relieve como el último trimestre de 2022 fue peor que los dos anteriores, lo que enfatiza como tras los buenos registros tras la aplicación de la reforma laboral. El número de hogares con todos sus integrantes en paro cerraron 2022 en 1,047 millones, tras el aumento de 70.100 frente al tercer trimestre, lo que supone un incremento del 7,17%. Frente al mismo trimestre de 2021, el aumento fue de 23.600 hogares.

Por el contrario, los hogares en los que todos los integrantes tienen un puesto de trabajo se incrementaron en 183.300, lo que supuso el 1,66% más, hasta totalizar 11,255 millones. Aquellos con al menos un integrante activo, aumentaron en el conjunto del año en 119.700, el 0,87%, para cerrar el año en 13,846 millones.

Aquellos domicilios en los que no hay ningún integrante activo totalizaron los 5,354 millones tras crecer en 91.100 en el conjunto del ejercicio, tendencia que se modera en los tres últimos meses a un ritmo del 0,98%, 52.100 más. Más de 5,35 millones de domicilios acabaron sin ningún miembro activo, tras incrementarse el 1,73% frente a 2021, 91.100 hogares más.

La Rioja, con la menor tasa

La evolución del paro en cada una de las comunidades autónomas fue dispar al cierre de 2022, si bien La Rioja fue la que registró una menor tasa de paro con el 8,60% lo que supone 13.700 personas, seguida por País Vasco con el 8,66% por lo que se encuentran en desempleo 90.000 vascos. Castilla y León cuenta con 98.300 parados, el 8,83%, lo que contrasta con el 12,87% de la tasa nacional.

Ya con tasas por encima del 9% se sitúa Aragón con 60.700 parados y una tasa del 9,41% y Cataluña con 387.200 parados y el 9,91%. La comunidad de Madrid registró al cierre de 2022 un total de 415.200 parados y una tasa del 11,51%.

En el otro lado de la balanza y, aparte de Ceuta y Melilla, que registran tasas del 30,55% y 21,2% respectivamente y una particularidad propia, se sitúa Andalucía, con una tasa de desempleo del 19% y un total de 764.900 parados. Le sigue Extremadura con 86.800 parados y una tasa del 17,62%. Canarias cuenta con el 14,57% y 169.000 parados, Asturias el 14,39% y Castilla La Mancha el 14,38%. La Comunidad Valencia tiene el 13,53%, Murcia el 12,89%, Navarra el 10,09% y Galicia el 10,63%.

Agentes sociales

Para el secretario de Estado de Economía, Gonzalo García, los datos conocidos ayer vienen a constatar el cambio estructural en el mercado laboral gracias a la puesta en marcha de la reforma que se aprobó en diciembre de 2021 y que comenzó a aplicarse a lo largo del pasado año. Entre sus logros, el principal se atribuye la reducción de más de 7 puntos de la tasa de temporalidad, hasta el mínimo histórico del 17,93%, con lo que se va acercando a la media europea.

El sindicato UGT coincide en esta interpretación del Ejecutivo y señala que la reforma “ha mejorado drásticamente la calidad en el empleo”, si bien se hace eco del impacto “de la desaceleración económica actual en el mercado de trabajo, en un contexto muy complicado”. No obstante, avisa de que el mercado laboral tiene todavía muchos problemas que requieren soluciones, como es el caso del paro de larga duración, que en el último trimestre se ha situado en el 42,4%, lo que implica que casi uno de cada dos parados lleva más de un año buscando empleo.

Para CC OO la reforma laboral ha contribuido a romper el mantra de que la contratación indefinida frena la creación de empleo. Así, considera que el diálogo social y el acuerdo son fundamentales para que las reformas funcionen y den buenos resultados, según su secretaria confederal de Acción Sindical, Mari Cruz Vicente.

CEOE observa un estancamiento en el empleo y una destrucción del empleo en el sector privado y los autónomos. Pese a todo, su vicepresidente, Íñigo Fernández de Mesa, reconoció lo positivo que resulta que haya más de 20 millones de ocupados.

Fuente: cincodias.elpais.com

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