China es «una gran potencia mundial y tenemos que encontrar formas de cooperar con ellos cuando podamos y al mismo tiempo hacerles frente cuando sea necesario».

El empleo de equipamiento de seguridad chino en la frontera entre Estados Unidos y México es una «preocupación» que se puede solventar si ambos países fabrican el suyo propio, afirmó este lunes un alto cargo del Departamento de Estado estadounidense.

«Existen importantes preocupaciones de seguridad cuando se habla de ese tipo de tecnología y de la información que fluye de un lado a otro entre Estados Unidos y México», afirmó este lunes Todd Robinson, subsecretario de la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley, refiriéndose a los equipos procedentes de China.

Además, «hay empresas en Estados Unidos y México que tienen la capacidad de producir muy buenos equipos que ambos países pueden usar» con «compañías en las que confiamos para manejar el flujo de información», apuntó Robinson en un acto en el Woodrow Wilson Center de Washington.

Según una investigación de la oenegé Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), Estados Unidos alertó a México «de los riesgos a la seguridad nacional que implicaba comprar equipos de monitoreo fronterizo fabricados por Nuctech, una empresa ligada al gobierno de China».

La organización, que cita documentos, afirma que México «ya instaló decenas de equipos chinos en aduanas y puertos».

Robinson habló de la cooperación en materia de seguridad entre los dos países vecinos, sobre todo de la lucha antidrogas, especialmente contra el tráfico de fentanilo.

En un momento en el que Estados Unidos sufre una epidemia de droga con alrededor de 108.000 muertos el año pasado por sobredosis, Robinson aprovechó para instar de nuevo a China a reanudar la cooperación contra el comercio de estupefacientes.

«Seguimos exhortando firmemente a China a volver a la mesa y tomar medidas significativas para poner fin al desvío de precursores químicos utilizados en la producción de drogas ilícitas», dijo.

China suspendió varios acuerdos de cooperación a raíz de la visita este año de la presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense Nancy Pelosi a Taiwán, que Pekín considera parte de su territorio.

Washington considera que México podría mediar.

«El gobierno mexicano se halla quizás en una mejor situación para intentar que China participe en los problemas compartidos (…) sobre seguridad, y en particular sobre los precursores químicos, tanto lícitos como ilícitos, que fluyen desde esa zona del mundo», afirmó.

China es «una gran potencia mundial y tenemos que encontrar formas de cooperar con ellos cuando podamos y al mismo tiempo hacerles frente cuando sea necesario», apuntó.

Sobre la seguridad fronteriza, el subsecretario afirma que se ha terminado un estudio, en colaboración con México, sobre cinco puertos de entrada para identificar cómo se puede mejorar la infraestructura y los procedimientos para detectar drogas, armas y otros bienes de contrabando y al mismo tiempo facilitar los viajes y el comercio. Es probable que se presente oficialmente una vez analizados los datos, añadió.

Fuente: diariolasamericas.com

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