La licitación de la banda de frecuencias 26 GHz tendrá por primera un tramo autonómico.

El Gobierno ha puesto en marcha el proceso para la última subasta de espectro de la telefonía móvil 5G, en la banda de 26 gigahercios (GHz), con un precio de salida de 105 millones de euros. La principal novedad de esta licitación respecto a las anteriores concesiones es que en esta ocasión contará con un tramo nacional, con 12 concesiones, y un tramo autonómico de 38 concesiones, dos por comunidad y ciudad autónoma, según el borrador de la orden.

Cada concesión nacional tendrá un precio de salida de 7,5 millones de euros, mientras que en el caso de las autonómicas, el precio oscilará desde los 1,2 millones de euros de cada uno de los lotes de Cataluña a los algo más de 13.000 euros en los que se valoran cada uno de los lotes de Ceuta y Melilla. Las concesiones tendrán una duración de 20 años prorrogables por otros 20 años, en línea con las condiciones de la última subasta, la de la banda de 700 megahercios (MHz).

Se espera que la subasta se produzca antes de que termine el año para cumplir con el calendario del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, ya que es una de las reformas pactadas por Bruselas. La consulta se abre este lunes y permanecerá abierta hasta el 27 de octubre, según informó el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, a través de la Secretaria de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales.

Escasa recaudación

En el caso de la banda de 26 GHz, la recaudación no tendrá un gran impacto en las arcas de Hacienda, ya que se espera que no sea muy superior al precio de salida. Se trata de la cuarta subasta de frecuencias para redes 5G realizada en España, después de la subasta de la banda 3,6 GHz celebrada el año 2018, de la licitación de 20 MHz de esa misma banda realizada en febrero de 2021 y de la de 700 MHz en julio de 2021. En esta última, la principal por el importe de salida, el Gobierno pinchó en sus objetivos, puesto que se sustanció en apenas dos jornadas desde su comienzo por la escasa puja, con una recaudación de 1.010 millones de euros, ligeramente por encima (1,5% más) del precio de salida de 995,5 millones de euros.

Para la subasta de 26 GHz, el Ejecutivo propone que las bandas nacionales ocupen 2.400 MHz y las autonómicas 400 MHz, repartidas todas en bandas de 200 MHz, con un límite por adjudicatario de un 1 GHz por operador en cualquiera de los ámbitos. Las empresas interesadas deberán acreditar su solvencia económica presentando unas cuentas que justifiquen determinado volumen de negocio en los últimos tres años en función de las concesiones a las que opten. Así, el umbral más alto son los hasta 9,3 millones de euros de aquellas firmas que opten a adjudicarse cinco concesiones en el ámbito nacional. También se deberá acreditar experiencia en la instalación de redes.

En estas consultas, se ha evidenciado la diferencia de pareceres entre operadores y empresas de otros sectores, puesto que en esta banda hay un rango de frecuencias (entre 24,25 y 24,70 GHz) que se asignará de forma no exclusiva a usos locales en régimen de autoprestación, lo que hace que otras empresas además de los operadores de telecomunicaciones puedan contar con espectro. Los principales operadores del país se han posicionado en contra de celebrar este año esta subasta de la banda de 26 GHz, y han planteado posponerla hasta 2023 o 2024, hasta que la tecnología para aprovecharla madure.

La industria es uno de los sectores que más se beneficiará de la puesta a disposición de esta banda, ya que se espera que sea la que permita poner en marcha fábricas conectadas con redes privadas propias (con su propia banda de ancha separada del uso general). Este régimen, del que Estados Unidos y Alemania son exponentes, da mayores garantías de ciberseguridad y de disponibilidad de la red a las empresas. Al estar muy alta, la banda de 26 GHz puede contener mucha información, pero la envía a una distancia limitada, por lo que es adecuada para despliegues en zonas donde se acumulan muchos dispositivos o personas, como la mencionada fábrica, o aeropuertos y estadios, por ejemplo.

Fuente: elpais.com

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