La incursión de Microsoft o Alphabet no amenaza a unas empresas que interesan mucho a los fondos.

Los centros de datos suben, y suben, y suben. Un frenesí de compras liderado por los fondos de infraestructuras ha hecho subir los precios de las empresas que alquilan grandes bancos de servidores. La demanda pospandémica de datos, unida a una financiación barata, debería apuntalar las valoraciones de las operaciones.

En los últimos años, los inversores en infraestructuras han adquirido firmas de centros de datos como CyrusOne y Switch. Fondos como EQT y KKR persiguen Global Switch, informó Bloomberg en agosto, y valoran potencialmente el grupo con sede en Londres en 10.000 millones de dólares, o 34 veces el ebitda de 2021.

El vendedor en corto Jim Chanos señala que Microsoft, Amazon y Alphabet están construyendo sus propias instalaciones de procesamiento de datos. Cada compañía operaba 60 o más centros de datos a finales de 2021, según Synergy Research. Eso es una amenaza para los operadores que cuentan con los gigantes tecnológicos como clientes. CyrusOne –adquirida por el pretendiente de Global Switch, KKR, por 15.000 millones en noviembre de 2021– obtiene el 19% de sus ingresos de Microsoft.

Pero esta sombría tesis aún no se ha materializado. La pandemia ha disparado la demanda de instalaciones que alberguen datos online, mientras que la escasez de la cadena de suministro ha complicado la instalación de nueva capacidad. En Chicago, el coste del alquiler de espacio en un centro de datos para grandes despliegues aumentó un 14% desde finales de 2021 hasta principios de 2022, según JLL. Las tasas de vacantes en los centros de la localidad de Illinois cayeron desde más del 9% en 2021 hasta el 5,6% en 2022. En el norte de Virginia, el mayor mercado de centros de datos del país por capacidad, las vacantes han caído al 1,2%, según datacenterHawk. Los alquileres en Europa, donde Global Switch tiene la mayoría de sus instalaciones, son más moderados. Sin embargo, incluso ahí, la moratoria temporal sobre los nuevos edificios y otros controles de planificación están restringiendo la expansión.

Las nuevas formas de financiación se suman al derroche. Cuando Black­stone compró el año pasado QTS Realty Trust por 10.000 millones, emitió bonos garantizados por los centros de datos del objetivo. Estos préstamos respaldados por hipotecas se basan en un porcentaje del valor de los activos de la empresa, en lugar de un múltiplo de su flujo de caja, lo que aumenta en la práctica el apalancamiento disponible. Black­stone recaudó 3.200 millones en una oferta, lo que equivale a más de 10 veces el ebitda de QTS en 2020. Está muy por encima del límite de 6 veces para préstamos apalancados aconsejado por las directrices reguladoras. Si el crecimiento de los ingresos y los márgenes de la empresa se mantienen y Black­stone se retira en cinco años, la deuda adicional podría ayudar a aumentar la TIR de la empresa compradora en tres puntos porcentuales, calculamos.

Cuando la oferta alcance a la demanda, los gigantes tecnológicos supondrán una amenaza para los operadores independientes de centros de datos. Pero para las empresas compradoras, la combinación de crecimiento inmediato y de grandes dosis de apalancamiento puede hacer que la fiesta continúe.

Fuente: cincodias.elpais.com

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